MALTRATO
El maltrato se forma con palabras embrionariamente. Tomando el arma por el astil, el cartel sucumbe ante el poder de la palabra para otorgarle el primer puesto. Abogando por el impacto de una simplicidad sincera, la mirada triste del modelo acompaña al mensaje que se ofrece al destinatario; y es que, en efecto, no solo duelen los golpes.

El rostro violáceo refleja una realidad poco deseada, incómoda e impertinente. La intencionalidad que esconde el cartel propuesto es meramente la de concientizar a un público y sensibilizarlo frente a una situación que, de haber sido encauzada, muchas vidas podrían haber sido salvadas.